El ‘escrache’ (acciones que tienen la finalidad de intimidar a funcionarios para que adopten o rechacen medidas en el ámbito político) en sí no es una actividad delictiva, pero roza los límites de la ilegalidad. Los practicantes ticos lo saben y por eso han llamado a sus actos “visitas a los diputados”.
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Bienes de contrabando pueden llegar a significar hasta una sexta parte del mercado en ciertos rubros