En la evolución del liderazgo hacia las habilidades blandas, uno de los principales retos para los CEO es aprender a reaprender
Los valores y actitudes deseables en la gestión moderna se deben alejar del aprendizaje académico o técnico tradicional y abren la posibilidad para nuevos escenarios en el desarrollo del conocimiento: usted podría entrenarse con deportes, juegos y hobbies .
No se trata de volverse loco buscando una vía alterna hacia la empatía, sino más bien de aprovechar sus gustos o los recursos que tiene a mano y asignarles un nuevo propósito consciente.
Por ejemplo, Adrián Álvarez, subgerente de Coopenae, ha encontrado en el triatlón un aliado para este momento de su vida profesional y familiar.
“La práctica de un deporte fortalece habilidades como la disciplina y manejo del estrés; incide directamente en la salud, mayor energía y productividad; equilibrio como ser humano en los diferentes roles que me corresponde desempeñar; sensación de satisfacción, logro y felicidad. Llevo cinco años en esto y he disfrutado cada momento”, afirma.
Álvarez resalta otro valor del deporte organizado: se convierte en un componente clave de la estrategia de networking que debería desarrollar todo profesional de alto perfil.
Ligia Olvera, executive coach , afirma que las personas son más o menos inteligentes emocionalmente por razones que van desde los genes y la crianza hasta su experiencias de vida. Por lo tanto, el aumento de habilidades blandas pasa por múltiples niveles, y los deportes pueden ser un apoyo para consolidar el proceso.
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Complete el proceso previo
Antes de comenzar clases de yoga, irse a un retiro de meditación o invertir en equipo profesional de hiking , es necesario pasar por un proceso de autoanálisis que le permita obtener verdadero provecho de esas prácticas.
El master business coach Iván Esquivel afirma que la mejor herramienta es autoconocerse: ¿sabe cuáles son sus deficiencias, esas que le generan dificultades con algunos tipos de personas?
El deporte puede ser una vía para conocerse más, al explorar sus relaciones en otros entornos y condiciones desafiantes.
Esquivel afirma que en este proceso debe buscar actividades que le permitan desarrollar autocontrol, motivación, empatía y habilidades sociales.
Para potenciar el autocontrol, busque actividades relajantes; para la motivación trabaje en retarse diariamente.
“Póngase retos también personales, esa carrera que está pensando hacer, ese triatlón, subir esa montaña o hasta la caminata diaria de 30 minutos”, recomienda el coach .
Para trabajar la empatía , la recomendación es ¡bailar!
“La mejor expresión física de sintonía es el baile entre dos personas. Practique el baile, métase a clases con su pareja o simplemente salgan a bailar y con eso de paso libera un poco de dopamina, sepa y viva lo que es estar en sintonía”, comenta Esquivel.
En las habilidades sociales lo ideal es crear espacios en los que se disfrute en equipo. Esto lo puede entrenar con familiares y amigos, o en grupos que compartan un hobbie .
Alexander Aguilar, director de la firma consultora Humano, recomienda eventos sociales o deportivos (él mismo practica el atletismo y corre maratones), para que pueda competir y conocerse en otros ambientes.
“Otras opciones son los clubes de lectura, con su respectivo análisis y discusión; sesiones de cine en la oficina con películas con mensajes que faciliten la introspección, el desarrollo emocional y autoconocimiento de los participantes”, explica.
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Busque un desafío
Parte del proceso de selección de actividades formativas pasa por el convencimiento. Aléjese de las opciones que de entrada no le convenzan, porque podría terminar perdiendo el tiempo.
“No se deben hacer las cosas como un acto de fe, y más importante es que la persona entienda qué está en juego y si lo que está en juego es importante o no para él o ella”, subraya Olvera.
Una forma de ir a la segura es buscar referencias de otros gerentes que se dediquen a la opción que usted está valorando. Otra posibilidad es buscar información científica o casos de éxito en línea sobre los beneficios y logros de otras personas que comienzan, por ejemplo, clases de meditación trascendente.
Si bien el objetivo desde el principio es aumentar sus habilidades blandas, el proceso debe comenzar en la actitud hacia la actividad: haga algo nuevo, que elimine la zona de confort y obligue enfrentar sus debilidades.
“Lo primero que deben tener claro los CEO es que van a tener éxito únicamente si quieren aprender, no cuando se trate de alguien que quiera enseñar”, explica Aguilar.
Situaciones que eliminen del entorno su jerarquía y lo coloquen en el mismo nivel de conocimiento que personas con otra formación y de géneros, preferencias y edades diferentes serán particularmente útiles para entrenar la humildad.
La idea no es pasarla mal. De hecho, si relaciona el proceso de formación con un mal rato no obtendrá los resultados esperados.
Esquivel asegura que las actividades complementarias deben, de paso, producirle más dopamina, más sensación de felicidad.
Con esto en mente, el coach recomienda prácticas adicionales para aumentar el éxito de cualquier cambio en su rutina:
1. Evite o reduzca la cantidad de azúcar y café.
2. Coopere con los demás, no compita.
3. Escuche su música favorita todos los días.
4. Practique la gratitud consciente.
5. Disfrute de pequeños placeres en la vida.
6. Duerma largo y tendido, las horas que su cuerpo necesite para sentirse repuesto.
7. Cultive la curiosidad (aprenda cosas nuevas).
8. Deje que la vida lo sorprenda (atrévase a lo desconocido).
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Para evaluar los avances que ha logrado, pida retroalimentación constantemente y aprenda a darla.
Olvera recomienda acostumbrarse a ser la última persona que habla, poner atención, desconectarse de la tecnología y estar presente.
“Aprender a escuchar y a leer el lenguaje no verbal, en las interacciones humanas. Estas son actividades que efectivamente aumentan las habilidades blandas más básicas: autoconsciencia y empatía. Y hay muchas más, pero estas son con las que hay que arrancar”, subraya.
La formación y entrenamiento de habilidades blandas toma tiempo y se debe incluir en la prevención de riesgos.