Su pyme no tiene que ser rígida, fría y ajena a los consumidores. Una tendencia actual en el mundo del mercadeo es humanizar a las marcas y acercarlas así a su público meta.
Fabiola Porras, cofundadora de la empresa de comunicación FUN, plantea que la conexión de las personas y empresas a través de la tecnología no se traduce necesariamente en una interacción social.
Por eso, surge la necesidad de propiciar vínculos cara a cara y que haya un balance entre la tecnología y la vida.
Las marcas pueden impulsar esas relaciones y con ello lograr fidelización en sus clientes.
Estos son algunos pasos para alcanzar ese cometido.
1.-Defina el propósito de su empresa o marca
Más allá de vender, ¿cuál es la razón de ser de su producto o servicio? ¿Qué le gustaría que piensen sus clientes cada vez que deciden adquirir sus bienes?
Por ejemplo, un negocio que vende alimentos saludables puede plantear que su objetivo o propósito sea otorgarles bienestar a las personas, contribuir a mejorar su calidad de vida.
De esta forma, creará estrategias que vayan encaminadas a esa meta.
Defina su propósito, interiorícelo y procure generarles valor a los clientes siempre con el norte puesto en él.
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2-Establezca qué valores identificarán a su empresa
Muy ligado a su propósito, también es importante tener claros cuáles serán los valores de su empresa.
Se debe trabajar la personalidad de su marca y el tono que tendrá al dirigirse a su público: si será divertido, un poco más serio, si promoverá la solidaridad, por ejemplo.
Volviendo al caso anterior, la empresa de productos saludables poseerá dentro de sus valores la promoción del bienestar, la salud y el fomento del deporte.
Su “personalidad” será optimista, motivará a otros y se pondrá retos, buscará solidarizarse con causas afines a sus objetivos.
Haga lo mismo con su marca, ¿cuál es su identidad?
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3-Propicie la creación de comunidades presenciales
Una vez que tiene claro su propósito y su identidad, su pyme puede fomentar actividades en las que reúna a un grupo de clientes con intereses comunes.
Por ejemplo, el negocio de comida saludable puede plantear la realización de eventos deportivos o charlas sobre cómo tener una alimentación aún más sana.
Así reunirá a los clientes, hará que se conozcan, que compartan y se creen experiencias positivas, lo cual genera un impacto social.
Además, hará que se sientan más inclinados hacia la marca o empresa (fidelización) por haber desencadenado esta clase de encuentros.
Probablemente, los clientes van a dar a conocer este tipo de actividades en sus redes sociales y se va a empezar a hablar bien de la marca. Por supuesto, en el tanto la experiencia haya sido satisfactoria.
Las actividades de este tipo resultan más efectivas que estar colgando anuncios tradicionales de su producto o servicio en las redes sociales, pues es el público el que por sí solo está hablando de su negocio genuinamente.