Tanto el sindicalismo desbocado en frenesí callejero, como los fiscalistas a ultranza, deben moderar sus posiciones e iniciar una conversación nacional serena frente a los desafíos de la reactivación económica
Tanto el sindicalismo desbocado en frenesí callejero, como los fiscalistas a ultranza, deben moderar sus posiciones e iniciar una conversación nacional serena frente a los desafíos de la reactivación económica