Con más de $1.500 millones de ingresos anuales y 600 millones de fanáticos a nivel global, los Esports o deportes electrónicos se perfilan como una de las principales industrias, no del futuro, sino del ahora.
La crisis por el COVID-19 aceleró, a la par de la creación de contenidos, la organización de torneos propios y de otras marcas en línea con alcance regional.