Dos retos marcan el camino de Morales: disipar la sombra de “ministro ausente” que le heredó Piza y manejar los tiempos del Congreso para construir agendas flexibles que puedan avanzar.
El nuevo ministro de la Presidencia desempeñará sus funciones sin dejar su curul, es decir, jugará con doble sombrero. Esta estrategia implica que el Congreso quedará con 56 legisladores y Morales se sumará a las comisiones o al plenario en casos especiales en los que su voto resulte trascendental.
Durante el allanamiento la diputada Natalia Díaz no pudo ingresar a su oficina ubicada en la Casa Rosada.