Tras cuatro meses de campaña política, Costa Rica celebra este domingo 6 de febrero la decimoctava elección presidencial continua desde la creación del Tribunal Supremo de Elecciones (TSE).
Un padrón de 3,5 millones de votantes son los que están convocados a las urnas, en donde los electores se encontrarán con una papeleta más grande de lo habitual.
La variedad de candidaturas presidenciales no es la única particularidad que ha marcado este proceso electoral: la pandemia, la alta indecisión y la falta de un tema protagónico son otras tres de ellas.
Repasamos seis puntos que han caracterizado esta campaña.
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Líderes con poco respaldo
En elecciones anteriores era común tener a lo largo de la campaña a dos o tres candidatos punteros con una clara ventaja sobre el resto de competidores, aún en tiempos del multipartidismo. Sin embargo, en esta elección ese liderazgo de los primeros lugares se ha diluído.
José María Figueres (Liberación Nacional) y Lineth Saborío (Unidad Social Cristiana) se han mantenido a la cabeza de la carrera hacia la presidencia, pero ninguno ha superado el 20% de intención de voto en los estudios del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP).
Tampoco han mostrado una tendencia clara de crecimiento. Más bien, cada uno ha fluctuado dentro de un rango con diferencias que no llegan a ser significativas.
Figueres empezó en octubre con 19% y cayó a su mínimo de 13% un mes después, tras las primeras revelaciones del caso Diamante, que envuelve a varios alcaldes verdiblancos.
Saborío, por su parte, pasó del 8% a su máximo de 15% en los primeros tres meses de la campaña, pero con el inicio del año también empezó una tendencia a la baja para la candidata socialcristiana.
Mientras tanto, otros candidatos sí han sumado puntos paulatinamente y se han acercado a los líderes en la recta final.
Oficialismo débil
En la medición del CIEP realizada en agosto, cuando todavía se desconocía el nombre de la candidatura del Partido Acción Ciudadana (PAC), la intención de voto hacia el oficialismo alcanzaba el 4%.
Tras la victoria del diputado Welmer Ramos en la convención del PAC, la intención de voto en las encuestas posteriores cayó, incluso por debajo del 1%.
Ramos defendió en entrevista con EF que el comportamiento del PAC es despertar en la recta final de las campañas, como sucedió en el 2014 y el 2018. Pero aún a cinco días de las elecciones del próximo domingo, su apoyo llegaba al 1%, ocupando el noveno lugar.
Para la politóloga Eugenia Aguirre, esto puede deberse al desgaste usual tras ocho años de gobierno rojiamarillo, pero también a la coyuntura socioeconómica que ha frustrado los planes del Ejecutivo y la puesta en marcha de políticas de impacto para la gente.
“Han tenido que gestionar el país en tiempos muy complejos en el plano económico. En consecuencia, en término de obras visibles para la gente han tenido resultados limitados”, aseguró Aguirre.
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Alta indecisión
La indecisión en tiempos de elecciones es común, pero en este proceso ha sido la protagonista debido al gran número de indecisos que persisten, incluso en la última semana de la campaña.
Este grupo llegó al 53% de los votantes potenciales en noviembre, cifra que cayó al 32% para la medición del CIEP publicada el 1.° de febrero.
Esto indica que las personas están postergando su decisión de voto a los últimos días o incluso al momento mismo de marcar con la crayola o el lapicero.
Pero también puede deberse a otros factores como la llamada espiral del silencio, teoría que indica que las personas evitan contrastar opiniones o contestar sobre su intención de voto. Además, las encuestas se quedan cortas debido a la alta volatilidad.
A través de su panel, el CIEP determinó cómo un mismo grupo de personas a lo largo de la campaña pasaron de ser indecisas a escoger su candidato, pero también había cambios de un candidato a otro, o un camino de vuelta a la indecisión.
En la recta final de la contienda, los indecisos serán el grupo determinante que decidirán el resultado de las elecciones, tras algunos de los debates más seguidos.
Campaña pandémica
La gran peculiaridad de esta elección es que se desarrolla en medio de una pandemia. No obstante, la atención sanitaria de la misma ha estado fuera de los temas relevantes de la campaña.
Algunos candidatos han expuesto sus posiciones con respecto a la vacunación obligatoria, las restricciones o la solicitud del código QR, pero estos aspectos no han acaparado la discusión.
Además, ya sea por prudencia de los partidos, falta de motivación o cuidados de la población o lineamientos del TSE la campaña ha carecido de grandes y abarrotados mitines políticos, como en ocasiones anteriores, aunque sí se han realizado algunas concentraciones.
Para Aguirre, la pandemia ha propiciado nuevas formas de hacer política y acercarse a los electores.
Queda por ver cómo se desenvolverá la elección en este contexto sanitario: sin restricción vehicular, con la explosión de nuevos casos a causa de la variante ómicron y bajo los lineamientos que dispusieron el Ministerio de Salud y el TSE para ese día.
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Muchos temas, ninguno protagónico
A diferencia de la elección del 2018, cuando un tema acaparó el debate en las últimas semanas, la del 2022 carece de un tema protagónico.
Los estudios del CIEP del 2021 dejaron ver que el desempleo y el coronavirus ocuparon, en momentos diferentes del año, el primer lugar como el tema de mayor preocupación para los costarricenses. Pero eso cambió en noviembre, cuando la corrupción lideró el ranking y el coronavirus cayó al sétimo lugar.
Datos similares arrojó la encuesta del Instituto de Estudios Sociales en Población (Idespo), publicada el 19 de enero. Los tres principales problemas del país, según las personas consultadas, eran el desempleo, la corrupción y la situación económica.
Pero los reportes del Observatorio de Comunicación Digital de la Universidad Latina, basados en un proceso de escucha digital, indican que los equipos de campaña han priorizado otros temas en redes sociales.
La reactivación económica, la educación y los derechos humanos son los temas sobre los que más han hablado los candidatos en sus perfiles.
Amplio menú de candidaturas
Los votantes se encontrarán este 6 de febrero con una papeleta de 25 rostros, el mayor número del que se tenga registro.
Sin embargo, la amplia cantidad de candidaturas ha tenido poco impacto en la motivación para ir a votar o en la facilidad para los electores de decidir su voto.
“La oferta electoral no solo es amplio sino confusa”, aseguró Aguirre.
Aquí confluyen una serie de factores que alimentan la confusión, según la politóloga.
Algunos candidatos recién llegados cuyos rostros eran desconocidos para la mayor parte de la ciudadanía, las dobles postulaciones o los nuevos partidos que surgieron para esta elección.
Con los resultados de este 6 de febrero por la noche se conocerá también si el récord de candidaturas tuvo efectos en la reducción del abstencionismo, el cual permanece estático en torno al 30% desde 1998.