En la civilización occidental, en general, los estados optan por la separación del estado y la iglesia (laicidad), pero reconocen la libertad de culto como un derecho fundamental que no debe interferir con los principios democráticos
En la civilización occidental, en general, los estados optan por la separación del estado y la iglesia (laicidad), pero reconocen la libertad de culto como un derecho fundamental que no debe interferir con los principios democráticos